miércoles, 2 de junio de 2010

La Globalización es un bastinazo

Supongo que con los calores, me han entrado las ganas de escribir. Con el fresquito, las vacaciones, las navidades y sobre todo los carnavales (absolutamente necesarios para mi salud mental) no encontré el momento. Todo esto unido a la extraña obstinación de mi jefe en mandarme cada vez más trabajo (debe ser alguna manía gallega o algo así), ha propiciado que haya pasado demasiado tiempo sin contarles mis carogarofaniladas.

Me rondaba la cabeza lo de retomar mi blog y desahogarme, pero hoy ha ocurrido algo que ha precipitado que me pusiera como loca a escribir en el AVE (Bueno eso y que la película que están poniendo, algún tipo de remake de start treck, es absolutamente infumable,.. Para lo que hemos quedado señor spook).

Llevaba tiempo pensando en escribir porque ya hemos inaugurado de nuevo la terraza de verano “Garófano 22” (me acabo de inventar el nombre, pero me gusta, queda sofisticado) (Con el apellido raro que tengo, cualquier cosa que le pongas a Garófano queda sofisticado).
A lo que íbamos, después de unas pequeñas obras de mejora, ya está de nuevo a pleno rendimiento. “Y es que a la gente le gusta ver su local de siempre algo renovado”. Esta frase, la he cogido de la Olivia en “Mujeres ricas”, que está también renovando su local de Marbella…. ¡Cómo me gusta este programa!¡Quién fuera mujer rica!, a estas lo del ministerio de igualdad le debe de sonar a broma…. Bueno como al resto, aunque a estas por motivos muy distintos.

Y yo como ella mantengo los azulejos, ella por que se los hicieron a mano y cada uno cuesta 10 euros (qué barbaridad!!) yo por qué no me llega” pa” mas….¡Que mal repartido esta el mundo!


El caso es que ya ha sido oficialmente inaugurada, es mas el día de eurovisión, hasta una delegación alemana disfruto de su victoria en la terraza.

Les iré comunicando los próximos eventos….Los ya planeados: Cena post-patines, Orgullo gay, mi cumple el 26…etc y los que seguro que surgirán.


Pero lo que ha causado que me entraran unas ganas terribles de escribir ha sido la gota que colma el vaso de la globalización. Vamos la constatación de que el mundo es mucho más pequeño de lo que parece.
Ante de contarles esta última gota he de ponerles en antecedentes. Tres detalles: ¿Por qué no deberían pensar que su vecina es contrabandista internacional?; Los faralaes de Zúrich y las peinas de Wisconsin; El contador de leones: de Zimbawe a Zaragoza.

¿Por qué no deberían pensar que su vecina es contrabandista internacional?
Imagínense que tienen una vecina, que solo duerme en casa de vez en cuando, que siempre viene y va con bolsas, mochilas, maletas, vamos muy cargada y con su ordenador bajo el brazo. En ocasiones en lugar de vuestra vecina, veis a diferentes personas, una mujer mayor, una parejita joven, un par de travestidos…… que también entran y salen de la casa y lo peor, con sus llaves. Pero es que últimamente, la gente que habita la casa es todavía más rara… Un matrimonio de belgas mayor, un par de brasileñas jovencitas, cuatro alemanes……
Pensarían que lo de su vecina es una tapadera, y que se dedica a algo raro… Pues no, estarían terriblemente equivocados, todo tiene una explicación la pobre tiene un trauma y muchos amigos. Lo de andar moviendo cosas de aquí para allá es un trauma de la infancia, (algún día se lo contaré) y si mis amigos son de lo más variopinto, eso la culpa es de la globalización. (Bueno de la globalización y del mariconeo, por que los travestidos eran de Cádiz)

Los faralaes de Zúrich y las peinas de Wisconsin
El año pasado en la feria de Jerez, juré y perjuré que era el último año que iba de calle a la Feria, que aunque estuviera exiliada en Madrid, a la feria del puerto 2010, yo iba de gitana. Así que este año me puse manos a la obra. Recluida como estoy, en la esquina mas inospita del noreste madrileño, que lo unico que tengo cerca es la cárcel y los paracaidistas, comencé mi búsqueda vía web.
El traje me lo compre en un Showroom (chourum, como dirían mis amigos) cerca de mi casa. El caso es que vi por internet que tenían trajes de una marca malagueña muy conocida a un precio estupendo, y mande un email para concertar una cita. Imaginaos la sorpresa, cuando el que nos venía los trajes de gitana era un suizo, rubio y que hablaba como los Morancos cuando imitan a los mormones…. Para redondearlo los complementos los encontré en una tiendecita de Madrid, entre opera y sol llamada, “El flamenco vive”, vamos que más castizo no lo hay. Pues la dependienta debía de ser del sur, pero de Carolina del sur o algo parecido porque era americana, y de nuevo con el acento de los Morancos. Eso sí la tía me vendió la flor los pendientes y la peina… y yo reticente le decía que como tengo el pelo muy corto no tenía sitio para todo, pero me decía “El flamenco es como la Navidad, brillos, exageración” vamos que si me descuido me llevo también el árbol y las luces…..

El contador de leones: de Zimbawe a Zaragoza.
En mi pasado viaje en la búsqueda de la verdad (si lo de la teoría de los búfalos), pase unos días en un hotel (que no se parece en nada a un hotel) en el parque natural de Hwange en Zimbawe. Imaginaos en aquel recóndito parque en esas habitaciones- tiendas de campaña de lujo, perdidos en medio de la sabana africana. El caso es que además de unos suizos (que ahora que lo pienso, todos los suizos que conozco son raritos, raritos) nos hicimos amigos de un polaco alemán que se dedicaba a contar leones… Si uno de sus hobbies era ir a Hwange y ayudar a confeccionar el censo de bichos salvajes.
Bueno pues hoy mientras iba de un lado al otro de la estación del AVE de Zaragoza (que el que diseñó esta estación se cubrió de gloria, no he visto nada peor en mi vida, como mi abuela tenga que ir desde las salidas a las llegadas, pierde el tren fijo….) me lo he encontrado…

No me digan que no es absolutamente increíble conocer a alguien en Zimbawe y volver a verlo en Zaragoza delicias… La globalización que no para de sorprenderme.

Así que si este verano, en plena canícula, se encuentra a Ban ki moon, con sus ojitos giñaos, tomándose un tintito de verano en el chiringuito del Marimba, no se sorprendan y anímense a comentar… “¡pisha qué! Joe lo de los Israelíes y la flotilla ¿no?, ¡qué bastinazo!”

Es lo que tiene la globalización.

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