Mi vuelo lleva más de dos horas de retraso, o sea que yo llevo tres esperando...
Y en estas tres largas horas he sacado tres estupendas conclusiones:
1.- No me gusta Stieg Larsson.
Para los que no os suene de nada es el escritor de Milennium... Es un coñazo. ¡ups! perdón por el taco, pero es un ladrillo.
No me extraña que el pollo este se suicidara, su libro esta lleno de gente rara, todos tienen problemas para relacionarse, tienen sexualidades confusas, siempre hay violaciones, asesinatos, prostitutas y mucha mucha violencia... esta claro que este de pequeño mucho barrio sésamo no veía....Si yo después de leerme el primer libro, me tiré una semana con pesadillas, dije que no me volvía a leer uno de estos en la vida, pero mi pareja me regalo el segundo y como soy de naturaleza optimista pensé lo mismo en el segundo mejora... Que va, esto va a peor.
Nota: cuando mi pareja me regalo el segundo volumen, todavía no me había tirado una semana con pesadillas, es que lo he releído y parecía que el pobre era mas sádico, que los personajes del sueco este.
¡Eh! que lo mismo para los críticos literarios y para media Europa el tío es un genio, pero yo no puedo con él... prefiero pío pío lope, el pollito miope, que es leerlo y empezar a dormir a pierna suelta.
2.- La sala VIP no mola tanto
Llevo aquí metida tres horas, y tengo un empacho de panchitos y aceitunas.... que no comía tantos desde los cumpleaños de mis amiguitas en sexto de EGB
Y de tanto refresco como me he tomado, tengo unos gases, que me pones una cuerda y soy como un globito...
3.- No hay mal que por bien no venga.
Sí el caso es que llevaba tiempo intentando escribir. De hecho esta semana he sentido el impulso irrefrenable de ponerme a ello en tres ocasiones.. pero ahí estaban los Gallegos para impedírmelo.
El domingo. Glorioso día en el que fuimos campeones del mundo... Sonrío solo de recordarlo. Me entro una exaltación del orgullo patrio... He de decir que la contribución etílica hizo mucho, pero es que era impresionante bajar a la calle y verlo todo rojo y lleno de banderas, y sentias como una oleada de buen rollo que había invadido a todo el mundo.
No pude evitarlo y aunque mis amigos se quedaron en Cibeles , yo seguí hasta Colon y me senté un ratito debajo de esa bandera mastodóntica.
Cuando volvía (según el google maps me hice yo solita y a las 2 de la mañana, 4 km), me dio por pensar que esto le venía bien al país. Creo que los españoles estábamos algo acomplejados, y que eso no nos venía bien. Oyes hablar del diseño italiano, la ingeniería alemana, o la gastronomía francesa. Y cuando sales al extranjero te das cuenta que los ingenieros, diseñadores y restauradores españoles son conocidos mundialmente y le dan sopa con ondas a franceses, italianos y alemanes. Me diréis que solo hemos ganado un torneo de fútbol, pero yo creo que no, que es mas, que poco a poco los españolitos nos sentimos orgullosos de lo que somos y salimos a la calle cantando, yo soy español, español, español......
La otra vez que me entraron ganas de escribir fue cuando estuve en la estación de Zaragoza... ¡Que mal hecha esta esa estación!, es que no tiene ni pies ni cabeza, es calurosa en verano y fría en invierno, es incomoda, poco practica, fea.... vamos que lo tiene tó. Si yo fuera Maña, me encadenaba a algún sitio hasta que la arreglaran (si es que tiene arreglo).
La ultima vez que me entraron ganas de escribir fue el miércoles, cuando volvía de patinar...
¡Eh!, no os lo vais a creer, yo tampoco, lo acaban de anunciar por megafonía... mi vuelo que por fin sale...
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